martes, 22 de septiembre de 2009

Capitulo 10: ¿Cómo es en español?

Salí de la ducha todavía medio dormida. Sequé el vaho del espejo y me mire en él después de sacudir mi pelo. Tenía la raya y el rimel corridos, sólo lo que no me había desmaquillado al llegar a casa, estaba tan pálida como siempre, puede que incluso más, y tenía los labios agrietados. Me observé unos segundos. Al final sonreí. Sí, no sabía cómo, pero con esa cara me había tirado a Robert Pattinson, y dos veces. Negué con la cabeza exaltada.
Me puse una camiseta ancha y larga, un cullote, y unos calcetines gordos por encima de las rodillas para estar por casa.
Me senté en la cama e intenté hablar con Rachel, otra vez. Era la tercera vez que la llamaba y, exactamente igual que en las anteriores, no contestó. Eran las once y cuarto por lo que no estaba segura si era porque no quería cogerlo o simplemente estaba dormida.
Fui al reproductor y puse la carpeta de The Smiths, subí el volumen para que se escuchara en toda la casa.
Me tumbé en el sofá del salón, todavía tenía sueño, y con How soon is now? de fondo, me sumí en un profundo sueño.

Estaba en el centro de una pista de baloncesto y todo el mundo me vitoreaba, yo no sabía qué hacer, pero un chico alto me paso la pelota en ese momento. De repente empezaron a sonar las bocinas de la cancha. Una y otra vez.
Abrí los ojos sobresaltada.
-¿Qué coño?- Me incorporé confusa. En ese instante el timbre volvió a sonar. No eran bocinas, alguien estaba llamando a casa. Fui corriendo hasta la puerta.

PVRobert
Abrió la puerta algo desorientada.
-Hola.- Sonreí al verla.
-Hola. ¿Llevas mucho rato llamando?- Contestó con los ojos entrecerrados, pero dibujando también una sonrisa. Me encantaba su sonrisa. Era como fingida, pero en realidad no parecía serlo. Realmente no podías estar seguro de si se alegraba o no de verte.
-Un par de minutos.
Llevaba los ojos corridos, no como para hacerle parecer una loca, sólo un poco, lo justo para darle una mirada más intensa. Me gustaban.
Y sólo llevaba puesta una camiseta que le tapaba lo justo. Podía ver sus piernas abrigadas por unos calcetines largos.
Se dio la vuelta adentrándose en el piso. Y pude comprobar que por detrás la camiseta no tapaba más, le llegaba exactamente un poco por debajo de su culo. Me ponía malo, ¿tenía que ir vestida así?.
Es su casa, puede ir como quiera.
Sacudí la cabeza. Ella me hizo un gesto con la mano para que pasara. La seguí hasta el salón. Sonaban The Smiths, Bigmouth strikes again. Cuando salió esta canción puede que ella ni siquiera hubiese nacido.
Tú tampoco.
Eso es cierto.
-Siéntate, vengo en un minuto.- Me senté mientras la observaba desaparecer por el pasillo. Siguiendo el movimiento de sus caderas, que levantaban minimamente la camiseta, dejándome ver parte de su trasero. Sonreí ampliamente. ¡Joder!, era un cerdo.
Respiré profundamente, mientras pasaba una mano por mi pelo, e intentaba tranquilizarme. Todavía me ponía nervioso estar cerca de ella. Hacía demasiado tiempo que no me sentía así, y lo peor de todo, hacía demasiado tiempo que no quería sentirme de ese modo.
Volvió con los ojos completamente maquillados, y el pelo más arreglado. No se notaba demasiado, pero parecía más…despierta.
Se sentó haciendo una mueca.
-¿Qué tal?.- Levantó los ojos para mirarme.
-Bien.-Me quedé mirándola, los dos en silencio. Ella asintió.-¿Has hablado con Rachel?.
Cerró los ojos, suspirando.
-No, la he llamado tres veces y nada, no me ha cogido.
-A mí tampoco, y la he llamado cinco.
-¿Y Tom?
-Nada, tampoco. Pero sólo le he llamado dos.- Sonrió. No quería insistir demasiado, nunca me había importado mucho con quien se enrollaban o se dejaban de enrollar mis amigos, pero esto era completamente diferente.- ¡Joder!, ¿cómo no he podido verlo venir?. Es que ni siquiera me lo imaginaba un poco. Nada. Y tú, que los conoces de hace nada, lo sabias.- Se encogió de hombros.
-Bueno, porque tú no lo veías posible, tu mente no lo hubiese querido creer ni aunque se hubiesen puesto a fornicar delante de tus ojos. Para ti son dos amigos más, sin ningún tipo de atracción sexual, simplemente te es inconcebible. En cambio para mí, son dos personas a las que apenas conozco que se ponen mutuamente. O eso espero, porque va a ser jodido si Tom no siente lo mismo.- Se paso una mano por la frente.
-No sé. Tom no joderia la amistad con Rachel por un polvo. – Pensé en Tom y Rachel enrollándose, y un escalofrió recorrió todo mi cuerpo.
-Vamos, como si un hermano y una hermana se liasen, ¿no?. – Ella arrugó la nariz en señal de asco.
- Más o menos, sí, supongo.
-¿Cuánto hace que lo sabías?- Negó con la cabeza.
-Sólo unos días, menos de una semana. – Ambos nos mantuvimos pensativos unos segundos en silencio. De prono recordé la discusión entre Rachel y Carla el día anterior.
-¿Tom era el tío del que hablabais ayer?- Asintió despacio.
-Sí, el mismo.- Yo todavía estaba alucinado. Tom y Rachel…
Las tripas de Carla hicieron que saliese de mi ensimismamiento. Se encogió un poco avergonzada. Yo le sonreí.
-Creo que deberías comer algo. – Se volvió hacia el reloj de la pared. Desorbitó los ojos al comprobar la hora.
-¿La una y veinte?, ¿desde cuando?.- Me reí.
-Pues no desde hace mucho, segundos nada más. Yo he venido sobre la una.
-¡Joder!, me he quedado dormida antes de que vinieras. No sabía que era tan tarde. ¿No tienes hambre?.
-He comido antes de venir. Pero tú deberías comer.- Sus tripas volvieron a gruñir. Se paso la mano por el estomago sonrojándose. Suspiró y se levantó, yendo hacia la cocina. Yo le seguí.
-¿En serio no quieres nada?- Preguntó mientras abría la nevera y sacaba una lechuga.
-¿Verde?. No, gracias.- Elevó las cejas, frunciendo los labios.
-Tengo otras cosas.- Negué con la cabeza despacio.- ¿Una cerveza?. – Inquirió tentándome. Sonreí. Abrí la boca con los dientes apretados, intentando contener una afirmación, pero me fue imposible.
-Sí, por favor. – Soltó una carcajada sacando una cerveza. La abrió y la puso en la mesa, donde yo ya me había sentado para observarla.
Sacó la plancha y colocó un par de filetes de pavo. Contemplé como condimentaba la ensalada con toda clase de cosas.
Siempre había encontrado muy interesante ver a la gente cocinar, ya que yo no tenía ni idea, en este caso, además, era muy sexy.
Se volvió, pillándome observándola embobado.

PVCarla:

Me volví y lo vi perdido en algo más fascinante que verme cocinar.
-¿Se puede saber en qué piensas con tanto interés? – Me miro a los ojos, esbozando una tímida sonrisa.
- En ti. Me encanta ver a la gente cocinar.- Mentiroso. Me giré para quitar las pechugas de pavo de la plancha. Las puse en un plato y las troceé para incorporarlas a la ensalada ya terminada. Cogí el bol, y me senté en la mesa, en frente de él. Quien seguía con los ojos clavados en mí. Dio un sorbo a la cerveza y sonrió.
Me daba vergüenza comer delante de él mientras él sólo observaba, pero estaba hambrienta, así que elevé el tenedor y me lo llevé a la boca.
-Ummm.- El se rió. – Delicioso. – Dije relamiéndome los labios. El dibujó su sonrisa, impidiéndome tragar.
-No soy muy fan de esas cosas, pero no tiene tan mala pinta. – Negué con la cabeza sonriendo.

Después de un rato de sobremesa con un par de cervezas, fuimos al salón y nos sentamos en el sillón. El cogió el mando para encender la tele, pero al instante se volvió hacia mí avergonzado.
-¿Puedo?.- Me reí.
-Claro, pon lo que quieras.- En el mismo momento en el que acabe la frase recordé que era el derby en menos de media hora. - ¡Hoy es el Arsenal-Chelsea!- Dijimos los dos a la vez, emocionados. Se me quedó mirando paralizado. Yo sabía que él era del Arsenal, pero él ni siquiera sabía que a mí me gustaba el fútbol.
-Dime que eres del Arsenal.- Pidió mordiéndose el labio inferior.
-¿Quieres que te mienta?. – Sonreí ampliamente.
-¿United?- Preguntó inclinando la cabeza. Yo negué.- ¿Liverpool?- Negué.- ¿Everton?.- Negué.- Claro, eres de un equipo español. ¿No?.
-Sí, por supuesto soy del Real Madrid hasta la médula, pero también tengo un equipo inglés, de Londres más concretamente.- Pude notar como se encogía su corazón.- Y no sólo para pasar el rato, siento los colores.
-¿Totemhan?- Casi suplicaba.
-Nop.- Dije divirtiéndome. Cerró los ojos despacio mientras tragaba saliva. Hizo una pausa.
-Del Chelsea, ¿no?.
-Let’s go blues!- Canturreé. Abrió los ojos, mirándome aterrorizado. Agitó la cabeza rápido.
-No pienso ver el derby con alguien del Chelsea.
-Pues ya sabes.- Hice un gesto con la cabeza indicando la puerta, mientras me reía. Suspiró con fuerza, acomodándose en el sofá, dándose por vencido. Puso el previo del partido.
Me levanté y preparé un bol con palomitas y cogí dos cervezas. En el salón le entregué una mientras me sentaba a su lado. Me miro de mucho mejor ánimo, con su sonrisa, cogiendo la botella.

Yo estaba medio tumbada con las piernas encima de sus muslos, dobladas.
Le mire con rencor, él me devolvió la mirada con una amplia sonrisa. 1-0 fue el resultado final. Y él, por supuesto, estaba inmenso.
- Se ha lesionado Lampard, podrías por lo menos guardar unos minutos de luto.- Borró su sonrisa, y fingió ponerse serio.
- Claro.- Dijo acariciando mi rodilla, la que estaba descubierta por el calcetín bajado. Observó los movimientos de sus dedos hasta que una cicatriz le llamo la atención.
-¿Y esto?
-Me rompí la…-No sabía decir rótula en inglés.- ¿Cómo se llama este hueso?.- Le pregunté señalándola.
-Kneecap, ¿cómo es en español?
-Rótula.
-Rótula.- Repitió él con su perfecto y encantador acento británico.
-Muy bien. –Sonreímos los dos a la vez, mientras él dibujaba un círculo con sus caricias alrededor de mi rodilla.
-¿Y esto?
-Rodilla.- Subió sus manos alrededor de uno de mis muslos.
-¿Y esto?.
-Muslo.-Siguió subiendo muy despacio hasta el límite de mis bragas en la pierna. Acaricio cada una de mis ingles.
-¿Esto?
-Ingles.
-Ingles, ummm, me gusta.-Susurro rozando delicadamente primero una ingle, y después la otra, sin dejar de acariciarlas con sus largos dedos.
Levantó mi camiseta, y subió sus manos deteniéndose en las caderas. Agachó su cabeza despacio hasta mi piel.
-¿Esto?- Murmuro soltando el aire contra mis caderas.
-Cadera.- Contesté estremeciéndome. El siguió ascendiendo por mi cuerpo, parándose en el estomago.
-¿Y esto?- Lo besó despacio.
-Estomago.- Levantó más mi camiseta, dejándola a la altura de mi cuello. Yo la agarré y me la quite por completo, no llevaba sujetador. El sonrió con ganas.
Se incorporó en horizontal, apoyándose en sus brazos, deslizándose hacia mí, colocándose exactamente entre mis piernas. Agachó la cabeza para recorrer con sus labios mi esternón, subiendo hasta dibujar el contorno de uno mis pechos, ascendiendo por él muy lentamente, capturando mi pezón entre sus labios, deslizándolos con cuidado, acariciándolo. Encogí mi estomago mientras mi respiración se desbocaba. Bajo por mi pecho y siguió rumbo hacia el otro. Rodeándolo y subiendo por él con la misma delicadeza.
Fue subiendo, repartiendo pequeños besos por mi clavícula, mi cuello, mi mandíbula, recorriéndola entera varias veces, hasta acabar besando mis labios ansiosamente. Devorándolos, apoyó su cuerpo sobre el mío. Deslizó una mano por mi tronco en dirección a mis bragas. Allí, por encima de ellas presionó mi sexo con violencia. Gemí sin contención. El dibujó una amplia sonrisa todavía en mi boca, y preguntó seductoramente:
-¿Y esto?.- Noté como se endurecía rápidamente en la cara interior de uno de mis muslos. Lo que terminó por encenderme. Giré sobre nuestros cuerpos, colocándome sobre él. Me deslicé por él , bajando hasta su bragueta. La desabroche rápidamente, e introduje las manos en sus boxers, encontrándole. Cuando le tuve entre mis manos le mire pasándome la lengua por los dientes.
-¿Esto?.
Me acerqué a él y lo introduje con cuidado en mi boca, sólo un poco. Lo saque y le miré, pasando mis labios por su prepucio, susurré:
-P-o-l-l-a.- Pude ver como se mordía el labio inferior con fuerza, y bufaba entre dientes. Lo volví a introducir en mí. Mientras le acariciaba despacio, le abarqué entero. Lo deslicé en mi boca, lamiéndole de arriba abajo, conforme se ponía duro como una piedra. Sus caderas se agitaban aumentando el ritmo. Sus manos acariciaron mi pelo ansiosamente, aferrándose a mi cabeza, intentado levantarla.
-Para, para…para… - Le saque con un último lengüetazo.
Entonces fue él el que giró sobre nosotros y se puso encima de mí. Se deshizo de mis bragas al momento y se bajó los pantalones lo más rápido que pudo.
Apoyándose en mi cuerpo, se introdujo en mí violentamente. Me penetró con una furia nueva, jadeando desde el principio. Se movió sobre mí con velocidad creciente, y aun así mis caderas siguieron el ritmo de las suyas sin dificultad, coordinándose a la perfección. Doblé una de las rodillas para que pudiera entrar todo lo posible en mí, poniendo más a su alcancé mi punto G. Conforme el ritmo de las embestidas se hacia inalcanzable, me contraje ansiosa, rodeándolo con fuerza, él gruñó al sentir que yo ya estaba a punto. Gemí cuando él atrajo mi cadera hacía su cuerpo, presionando su frente contra la mía, exhalando en mi boca, penetrándome profundamente antes de alcanzar mi orgasmo con su ultimo empujón, mientras se corría.


Nos mantuvimos un rato abrazados, recobrando el ritmo cardiaco, normalizando la respiración. Acariciando nuestra piel con delicadeza, pausadamente.
Al cabo de los minutos él preguntó, susurrando en mi oído:
-¿No tienes hambre?
-Me estoy muriendo.
-¿Pedimos unas pizzas?.
-Sí, por favor.- Nada me apetecía más que comer después de un polvo de ese calibre, y más pizza. El sonrió emocionado, mientras ambos nos incorporábamos y nos besábamos entre risas.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Capitulo 9: Joder, ahora si que estoy satisfecho

Después de cenar con Jack, fuimos andando hacia un garito donde íbamos a encontrarnos con sus amigos.
-¡Oh!, venga. No voy a contárselo a nadie.- Le puse cara de cordero degollado. El evitó mi mirada.
-Que no. Creeme, no quieres saberlo.
-¿Cómo acaba la segunda generación de Skins?, ¿estas de broma?. Si pudiera me vería los 5 capítulos que quedan del tirón, ahora mismo. Sólo dime si Cook o Freddie.–Me miró con detenimiento unos instantes.
-¿En serio quieres saberlo?, ¿quieres joderte el final?.- Hice una mueca de dolor, y me entristecí. Quería saberlo como nada en el mundo, pero era una mierda joderme la quinta temporada.
-Vale, tienes razón. Mejor me espero hasta el mismísimo ultimo capitulo para saberlo. Te odio.- Aceleré el paso y me alejé de él unos metros. Vino corriendo y me abrazo por el cuello, juntando nuestras cabezas mientras seguíamos andando.
-No me odias.- Asentí. –Sabes que te lo diría, pero en cuanto lo supieses te ibas a arrepentir de haberlo pedido.
-No te odio por no decírmelo, es porque tienes razón, y me jode que tú lo sepas.- Soltó una carcajada, y me reí con él.
Llegamos al bar. Parecía algo nervioso. Con la mano en el pomo de la puerta me miro, yo le sonreí. Y asintiendo la abrió. Un estampido de bacalao llegó a mis oídos. Me había dicho que era de progresivo, pero esto se acercaba más al bumping que a otra cosa. Se volvió hacia mí sonriendo y meneándose al compás. Le devolví una sonrisa fingida, mientras mi cerebro era torturado.
Seguimos andando por entre la gente hasta que Jack levantó las manos emocionado y fue hacia un grupo de chicos. Cuando llegó hasta ellos se abrazó chocando el pecho con uno, mientras yo esperaba detrás. Chocó unas cuantas manos y luego se dio la vuelta señalándome con su brazo. Me presentó a los cuatro. Unos chicos adorables y guapísimos, de su edad, locos y emocionados con la mierda de música que sonaba. Empezaron a piropearme con lo guapa que era, lo buena que estaba, el polvazo que tenia y demás improperios propios de chicos sobrehormonados y salidos con un par de copas de más.
-¿Qué tal?- Preguntó con una enorme sonrisa, bailando emocionado.
-Genial.- Me reí, e imite sus movimientos. Soltó una carcajada y se acercó a mi oído.
-¿Qué quieres beber?
-Un Sidecar.- Asintió con ganas y fue a la barra a pedir. Yo me quedé con sus amigos, intentando seguirles el ritmo aunque odiara cada una de las notas "musicales" mezcladas con el único propósito de explotar tímpanos.
Eran los típicos críos de pasta, que se creen guays por hacer el gilipoyas, decir guarradas y ponerse pedo, pero me estaba divirtiendo mucho con ellos.
Jack era completamente diferente a como se había comportado hasta el momento delante mía. Era más como sus amigos. Pero en cuanto me miraba o se dirigía a mi volvía a aparecer ese rubor en sus mejillas, con su tímida y arrebatadora sonrisa.
Tres horas después, llevaba ya dos o tres cubatas de más, me había reído como una de ellos y había bailado hasta agotarme por completo. No podía soportar ni un minuto más esa aberración musical.
Noté mi bolso vibrar. Saqué el móvil y vi un mensaje de Rachel:

Yankee, ¿Qué tal andas?. Dándolo todo, ¿no?. Bueno, nosotros ya estamos por el O, así que si te apetece, cuando acabes te vienes.
Siento mucho lo de ayer…Sabes que te quiero, ¿no?. Pues si no lo sabes te lo digo: TE QUIERO.

Empecé a reírme, Rach iba incluso más pedo que yo. Me la veía con algo alcohólico en la mano, “tonteando” con Tom. Joder, quería estar allí. Respiré hondo y llamé a Jack.
-Jack, me voy, ¿ok?. Me lo estoy pasando en grande, pero Rachel me ha escrito y me gustaría estar un rato con ella.
-Rachel, ¿eh?- Dijo un poco mosqueado. Le enseñé el mensaje. Asintió poniendo los ojos en blanco.- Ya va a tope, ¿no?.-Se rió.- De acuerdo. Gracias por venir, me encanta salir contigo, ya lo sabes.-Sonreí halagada.-¿Quieres que te acompañe?
-No, cielo, muchas gracias. Por todo. Me he divertido mucho.- Le pasé una mano por el pelo, sacudiéndolo, torciendo una sonrisa. El rió y me abrazó con fuerza.
-Pásalo bien con ellos. Nos vemos.
-Claro y tú.- Le di un beso en la mejilla y me largué de allí despidiéndome de sus amigos. Dejando aquel ruido infernal tras de mí.


Al llegar a la puerta del O, llamé a Rachel. Poco después abrieron la puerta. Al entrar, vi a Rob sonriendo tras ella, en el descansillo. Cerró la puerta y me abrazó. Dejándome recibir mi ración de Robandrostadienona. Mi cuerpo se recuperó del cansancio al instante, alegrándose incluso más que yo de la bienvenida.
-¡Joder!, llevo toda la noche deseando verte. Me alegro de que hayas venido.- La sonrisa que se dibujaba en mi cara no podía ser más grande. Nos separamos.
- Bueno, la verdad es que me lo estaba pasando genial con Jack, pero me sentía totalmente fuera de lugar, y Rach me mandó un mensaje y…
-¿Rachel te ha escrito?- preguntó extrañado.
-Sí, claro que le he escrito.- Rachel subía con un cubata en la mano, y se apoyó sonriendo en la barandilla.- Aunque no has dicho nada, estabas más apagado, más ido de lo normal, te faltaba algo hoy…
-Claro Rach.- Asintió Robert avergonzado. Rachel vino hacia mí y me abrazó fuerte.
-No estás enfadada, ¿no?- Dijo poniéndose triste.- ¿Aun me quieres?
-¿Cómo no voy a querer a una borracha tan mona como tú?. Capulla, no te pongas tonta anda.
-Es verdad. –Se dio la vuelta y bajó las 8 escaleras que llevaban al bar. Negué con la cabeza divertida.
-No es que estuviera apagado. – se volvió Rob hacia mí con los ojos entrecerrados.- sólo que últimamente me… animo más contigo- Sus ojos brillaban bajo la poca luz de la entrada. Me acerqué a él. Paso sus brazos por mi cintura, atrayéndome a él, juntando nuestras caderas.
-Pues ya estoy aquí.- dije mientras él cogía mi barbilla y me besaba los labios, despacio pero apasionadamente, lo justo para dejarme sin respiración. Nos separamos y sonreímos. Era la persona más feliz del mundo, de eso no tenía ninguna duda. Bajé los ojos avergonzada.- Bueno vamos a seguir con la fiesta, ¿no?.- Asistió riendo. Me dio otro beso rápido. Y nos giramos hacia las escaleras. Entonces volvimos a la tierra y vimos que no estábamos solos. Rachel y Tom estaban haciendo gestos obscenos al tiempo que nos miraban. Rob puso los ojos en blanco y se empezó a bajar, yo le seguí.

Abajo, Tom, descojonándose, vino hacia mí y me abrazó muy efusivamente. Otro que iba bueno.
-Veo que las cosas van bien.-Sonreí.-Me alegro, en serio, Yankee, eres una tía cojonuda.-Abrí la boca, mientras negaba y me reía.
-Gracias, es bueno saberlo.
-Pero deberías…ya sabes…tener sexo mola.- Soltó con tranquilizad.
-¿En serio?- Pregunté haciéndome la interesada.
-Sí, deberías probarlo.
-Mmm, vale, gracias.- Estaba flipando.-¿Tú tienes mucho sexo últimamente?- Reflexionó unos segundos, abrió la boca pero luego la cerró. Me miro con los ojos entrecerrados. Yo le sonreí asintiendo. Creo que había pillado por donde iban los tiros. Me giré.
-¡Eh!- Me llamó.-Te vigilo.- Me reí.
-Y yo a ti.
Vi a Cisco en la barra inquiriendo con un gesto si quería algo de beber. Me acerqué a él.
-Hola.-Le saludé.
-Hola. Hace mucho que no nos veíamos.
-Sí, no has salido mucho.- Bufó.
-He andado un poco liadillo. ¿Qué quieres?
-Una cerveza.
-¿Cerveza?- Se agachó para coger una de la nevera.-Un poco light, ¿no?.-Me pase una mano por la cara, se me estaba bajando el pedo.
-No estoy yo para mucho más hoy.-Sonrió mientras abría la botella.
Empezó a sonar Jimmy.
-¡OH! ¡Me encanta esta canción! C, venga meneate un poco.- Rachel vino y me cogió de los brazos, subiéndose a la barra y forzándome a unirme a ella.
-No, Rach, por favor. No me hagas esto.-Eché el cuello para atrás, pero ella seguía tirando de mis brazos desde arriba. Así que me di por vencida y subí.
Cisco, Taylor, Tom y Rob nos aplaudieron y silbaron emocionados, descojonandose. Tom le dijo algo a Rob al oído y este sonrió abiertamente mirándome, yo le devolví la sonrisa. Me volví hacia Rachel que ya había empezado sus movimientos sexys al compás de la música y se acercaba sensualmente hacia mí. Comenzó a bajar sus brazos por mi cuerpo meneando la cabeza. Y noté como los tíos se animaban más. Oí un aullido y me dejé llevar. Meneándome lo mejor posible e intentando imitar a Rachel. Subiendo y bajando con nuestras piernas juntas y chocando nuestros traseros, mientras nos partíamos el culo. Cuando la canción acabó estábamos en pleno apogeo y Rachel me dio un pico en la boca, lo que provocó la locura del personal, desencadenando aplausos, vítores y gritos varios. Ella y yo nos reímos mientras hacíamos unas reverencias.
Empezó a sonar The Promise y yo me bajé de la barra. Dirigiéndome hacia los sofás. Me dejé caer en uno. Estaba muerta.
Vi como Rachel seguía con el espectáculo y como Tom se junto a ella. Me reí al verlos "tonteando".
Rob se unió a mi y se sentó a mi lado. Sonreía abiertamente, yo intente evitar el tema.
-¿Girls Aloud?- Pregunté sorprendida. El soltó aire e hizo una mueca.
-Sip…y luego vamos de músicos guays por la vida…-Negó con la cabeza avergonzado.
-Tranquilo, no se lo diré a nadie. –El sonrió relajándose.-¿Marion no ha salido?.
-Sí, se ha ido un rato antes de que vinieras, tiene que trabajar mañana.-Asentí.
–Rachel está loca. – Dirigí los ojos a la barra. – Creo que no deberíamos dejarle subirse en ese estado.- El se rió.
-Sí, esa barra es peligrosa. No seria la primera vez que alguien se cae de ella.- Solté una carcajada, imaginándolos a todos metiéndosela contra el suelo, y me le imaginé a él en concreto. El supuso lo que estaba pensando y asintió despacio, admitiéndolo. Empecé a descojonarme. Cuando pude, paré, y tomé aire profundamente. –Menudo espectáculo.
- El vuestro ha estado muy bien también. Un baile muy bonito. –Se rió. Yo puse los ojos en blanco, mirando hacia otro lado y suspiré.- En serio.- Le miré sonriendo.
-Sí, ¿no?- El asintió con los morros hacia fuera. Sacudí la cabeza y me tapé la cara con las manos. Oí como soltaba una carcajada. Aparté las manos y le miré, él también me miraba, ambos sonreímos. Y nos quedamos callados, apartados de los demás, absortos en nuestro mundo. Su mirada era calida y dulce. Y su sonrisa perfecta, como siempre. No podía apartar mis ojos de los suyos ni un segundo, y él no sé, pero si podía no lo hizo.
Girls Aloud acabaron y sonó Kitty Litter. Conforme íbamos escuchando la letra, su sonrisa se fue desdibujando, cambiando su gesto, volviéndose más ansioso, tensando su mandíbula. Abrió la boca un poco, mordiéndose la lengua. Yo sin dejar de mirarle, me mordí el labio inferior ávida. Nos fuimos aproximando poco a poco, hasta que nuestras rodillas se rozaron y nuestras cabezas quedaron casi pegadas. Acercó su boca a mi oído y dijo:
-Creo que…voy a ir…al baño.- Miro a los demás y apretando los labios se levantó.
-Yo…creo que iré…en seguida.- Contesté casi sin aire. Vi como se marchaba deprisa. Eché una ojeada al grupo, que seguía con la fiesta, bailando, cantando y riendo. Me levanté un par de segundos después y fui directa al baño.
Cuando entré, él me interceptó, apoyándome con fuerza contra la pared. Besándome furioso, meneando sus manos rápidamente por toda mi cabeza, alborotando mi pelo. Yo me abracé con ganas a su cintura, mientras me levantaba y me llevaba hacia uno de los baños. Me dejó en el suelo y cerró la puerta. Nos observamos un segundo el uno frete al otro jadeando. Y volvimos a fundir nuestras bocas con el mismo ímpetu. Recorrí su espalda con mis uñas violentamente y le quite la camisa, después, la camiseta. El dobló una de sus rodillas y me sentó en su muslo, mientras seguía de pie. Deslizó sus manos por debajo de mi vestido y las introdujo por los leotardos, quitándomelos deprisa. Me volvió a apoyar en el suelo, mientras se arrodillaba y me besaba desesperadamente el interior de los muslos, apoyando sus manos en mis caderas, presionándome con fuerza contra la pared. Las fue bajando hasta la goma de mi tanga y mirándome ansioso, se deshizo de él. Y abrió una de mis piernas despacio. Y sin apartar la mirada introdujo uno de sus dedos en mí. Yo cerré los ojos al sentir su contacto, espirando exageradamente. El sonrió y siguió paseando sus fuertes y largos dedos por mí. Mientras mi respiración se iba acelerando a su ritmo. De repente salio de mí y volvió a colocar sus manos en mi cadera. Acercando su cabeza y abriéndose paso con su lengua, acariciando mi clítoris coléricamente. Me contraje una y otra vez, sacudiendo mis caderas inevitablemente, mientras me corría en su boca. Levanté su cabeza y le atraje hacia mí, besándole completamente excitada. Le aparté y pasé mis manos a sus pantalones, desabrochando los botones de sus pantalones y bajándolos junto a los boxers. Le agarré con cuidado, y noté que ya estaba a punto, no necesitaba mi ayuda. El cogió mis manos y las puso detrás de mi cabeza. Me levantó gimiendo. Y conforme me colocaba alrededor de su cuerpo, me penetró. Y empezó a embestirme violentamente, haciendo que mi espalda chocara fuertemente contra la fría pared. Deslizándome con velocidad por ella a cada empujón. Me miraba con los ojos medio cerrados. Apoyé la cabeza en la pared mientras espiraba el poco aire que llegaba a mi cabeza, ahogando gritos, y mordiéndome los labios. Hundió su cabeza en mis pechos, lamiéndolos desesperado, siguiendo el ritmo de sus embestidas. Acelerándose cada vez más, gruñendo en alto conforme nos acercábamos al orgasmo. Le agarré la cara y la acerque a la mía, besándole con fuerza, llegando. No podía contenerme.
-¡Jodeeer!. – Grité en su boca, mientras él exhalaba.
-Dios, dios…..diooos…-Noté como estallaba en mi interior, y acto seguido se relajaba, descansando su cuerpo sobre el mío, apretando su frente contra la mía. Me besó repetidamente tranquilizando su respiración. – Joder ha sido increíble, nena. –Sonreí exaltada. Sí, había sido increíble, fantástico, maravilloso, alucinante, perfecto. El también sonrió, al tiempo que yo le besaba. Apoyé mi cabeza sobre su cuello, suspirando.- ¿Crees que hemos gritado mucho?. – Me reí.
-Espero que no.- Contesté sonrojándome. El sonrió con ganas y me dejo en el suelo con delicadeza. Ambos nos vestimos.
Me beso despacio contra la pared de nuevo. Abriendo sus labios dulcemente por los míos, presionándolos con cuidado. Se separó de mí con una inmensa sonrisa, de las torcidas, de las que me mataban, por si todo lo anterior no lo hubiese hecho ya. Intenté devolvérsela, pero no creo que lo consiguiera en ese estado. Bajé la mirada mientras salíamos. Me agarró de la mano.
-Joder, ahora si que estoy satisfecho.- Solté una carcajada, mientras le abrazaba. Nos separamos al llegar a la sala, pero seguimos sonriendo. Apartamos la mirada el uno del otro y nos giramos.
Mi sonrisa se desdibujó, desencajando mi mandíbula y desorbitando mis ojos. La suya se convirtió en un gesto de confusión y conmoción, ante lo que estábamos viendo. Se volvió hacia a mi flipando. Rachel estaba encima de Tom, mientras ambos se besaban frenéticamente, y él desabrochaba su camisa y la tiraba a un lado del sillón.
Rob se dio la vuelta para seguir contemplando el panorama y sonrió abiertamente.
-¿QUE COÑO…? – Gritó estupefacto. Rachel se apartó de Tom al instante, tapándose el pecho con los brazos, y sentándose a un lado. Y él nos miro sobresaltado.- ¿Se puede saber qué coño significa est…?- Le interrumpí con un codazo. Era obvio que se lo estaba tomando a broma. Como si dos amigos se hubieran puesto demasiado pedo y se les hubiese ido la olla, con el resultado final de un rollo de una noche tonto y que nadie recordara. Pero yo sabia que había más que eso, por lo menos por una de las partes. Le agarré de un brazo e intente llevármelo hasta la salida.
-Robert vamonos.
-Pero, ¿has visto eso?- Dijo entre risas.
-Robert, vamonos.- Ordené seria. Dejo de reírse, y me siguió aturdido.
Cogimos las chaquetas y salimos sin mirarles ni decirles nada. Obviamente ellos tenían mucho de que hablar y aclarar y nosotros en ese preciso instante sobrábamos.
-¿Pero qué coño era eso?- Preguntó el todavía flipando ya en la calle, girándose hacia el bar.- ¿Por qué te has puesto tan seria?-Suspiré profundamente.
-No sé qué era eso, sólo sé que…buff…que Rachel está coladísima por Tom.
-¿QUE?
-Lo que oyes, no tiene ni idea de cómo ha pasado, pero ha pasado.- Me miro asombrado sin acabar de creérselo.
-¿Te lo ha dicho ella?- Asentí.- Joder…¿y Tom?
-No sé es tu mejor amigo, si tú no sabes nada…- Negó confuso con la cabeza, encogiéndose de hombros.
-No sé. Me comentó algo de que le molaba una tía, pero no me dijo nada en concreto…
-Espero que se refiera a Rach. ¡Joder!, hemos salido del baño en muy mal momento. Creo que la hemos jodido pero bien…


NOTA: lo de satisfecho es porque en la cancion de placebo dicen:
I shiver off my jeans and I'm so unsatisfied