sábado, 1 de agosto de 2009

Capitulo 3: ¿Estáis bien, chicos?

Llevábamos un mes de rodaje y ya no quedaba apenas tiempo, en un par de semanas estaría acabada. Ya se empezaba a hablar del estreno. No tenía muy claro como iba a ser. La producción era humilde y el presupuesto era bastante bajo. Era una película independiente. Pero al parecer podía hacerse un hueco y ser proyectada en los cines más importantes de toda Gran Bretaña. En mi opinión las expectativas probablemente eran algo altas, pero ¿qué sabia yo de todo esto?
-Está quedando mejor de lo que esperaban. Y la crítica ya ha leído el guión y parece que les ha gustado. Están esperando con ganas el estreno. ¡Puede que sea un bombazo!-Rachel se emocionaba con todo.
-¿Bombazo, Rach? No te parece un poco excesivo.- puse cara de escéptica.
-Puede. Pero, ¿por qué no disfrutas de esto?
-Lo estoy disfrutando- umm, no sabia si eso era del todo cierto, todo lo que estaba viviendo era increíble, pero mis padres ni siquiera sabían lo que estaba haciendo, y bueno no esperaba que fuera un film que viera demasiada gente. Sabía que iban a acabar enterándose, pero a poder ser, ellos y no mucha gente más.- Sólo que seguramente luego os la deis contra el suelo, y cuanto más alto subáis ahora, más os dolerá. Poco a poco, ¿vale?. Ni siquiera la hemos acabado aun.
-Las escenas están prácticamente acabadas. Lo más difícil ya lo hemos hecho. Y tu y Jack…bueno, estáis soberbios.- puso cara de alucinada. Mientras yo negaba con la cabeza.
-Venga, si aun no las has visto grabadas.
-Pero las he visto en directo. Y Su está eufórica. Tiene mucha ilusión en que esta película se haga un hueco.- Rachel ya había trabajado con Susan en dos proyectos anteriores, y tenían una gran relación, por eso siempre hablaba de ella con mucho cariño.
Suspire y volví a negar con la cabeza. No estaba bien que todos tuvieran tantas expectativas, podía no salir como ellos esperaban, y yo me sentía fatal por desearlo.

Mi vida iba de bien a mejor. Eso sí, estaba totalmente estresada, tenia el piso libre por dos semanas, porque Sandra y Chris se habían ido de vacaciones juntos, pero no tenía ni un minuto al día para parar y pensar. Clases, ensayos, grabación, y fiesta, mucha fiesta. Salía con Rachel los chicos prácticamente todos los días, algunos sólo a tomar un par de cervezas y pronto a casa, otros sólo a cenar, y la mayoría a acabar de madrugada encima de la barra del local O bar de Taylor. Me habían hecho una más en seguida, y ya casi hasta pillaba todas las conversaciones. Era increíble lo bien que nos lo pasábamos juntos. Eran tan amables y divertidos, que te era imposible no adorarlos.



Esa noche también salimos. Y como siempre Rachel y yo llegamos las ultimas. Yo entre en el local primero, ya tenía confianza. Y pude verlos en la mesa del fondo. Conforme me fui acercando vi a una persona nueva, un chico…No podía ser. ¿Cuándo coño había venido a Londres?
¿Cuánto hace que no lo googleas?
¡Si no tengo tiempo ni para vivir! No era él. Sí que era EL. Podría reconocer ese pelo a años luz de la tierra, aunque nunca lo había visto tan cerca. Era el pelo de mi Dios del Sexo.¡Robert Pattinson estaba a 5 metros de mí!.

O-H-D-I-O-S-M-I-O
O-H-D-I-O-S-M-I-O
El se dio la vuelta al notarnos, y sonrió. SONRIO. Con SU sonrisa, esa que tantas y tantas…y tantas veces me había dejado sin respiración en una foto, a miles y miles de kilómetros de distancia. Sonrisa que había logrado que yo sonriera con cara de idiota durante minutos enteros aunque mi día estuviera siendo una mierda. Era LA sonrisa, la imagen con la que me dormía todas las noches, la que llenaba carpetas y carpetas de mi ordenador y la que ocupaba el fondo de su pantalla. Y estaba ahí, a un metro de mí. Primero miro a Rachel y la abrazó, después me miro a mí, A MI.
Te está mirando.
Me está mirando.
Y me dedicó LA sonrisa, ¡¡me estaba sonriendo!!, ¡¡a mí!!
Me quede mirándole, no estaba segura de si mi boca estaba abierta, de si mi cuerpo estaba rígido, de si mis ojos empezaban a empañarse o no, de si mi corazón seguía bombeando sangre o de si mis pulmones todavía recogían y expulsaban aire. Sólo tenía constancia de EL, de su mirada y de LA sonrisa.
Al parecer Rachel nos presentó, porque entonces él se acerco a mí, colocó sus brazos alrededor de mi cuerpo y me dio dos besos, mientras decía “un placer”. Robert Pattinson acababa de susurrar PLACER a 5cm de mi boca. Noté como se me paró el corazón.
-Wow- ¿wow?. Sí wow, ¡WOW! Por dios cierra la boca, pareces idiota. De acuerdo, respira Carla, acuérdate de respirar. Corazón creo que no estas bombeando. Note un latido fuerte- Uff, esto….es…raro.
Todos se rieron, lo cual me hizo volver a aterrizar en la tierra. Yo también me reí.
-¿Qué es raro nena?- Rachel me abrazó sonriendo.
-Esto, todo. Yo, aquí, con actores y cantantes. Joder- mire a Robert- eres Robert Pattinson, lo siento…pero…quiero decir que…joder estás en todas partes. Ya se que tiene que ser una locura, y debe ser realmente incomodo que la gente reaccione así…como si fuera retrasada- me señale, negando con la cabeza.- pero todo esto es tan… extraño. Yo no soy de este mundo.
-Bueno, sí, la verdad es que es…embarazoso más que otra cosa. Pero siento decirte esto, nena-Nena. Síííí, lo sé. Una sonrisa interna inundó mi cara- ya eres de este mundo, estás rodando una película que va a ser proyectada, eres oficialmente una actriz.- Me sonrió, pasándose una mano por el pelo.
-Es cierto cielo, ya eres de los nuestros.-Rachel me apretó más fuerte entre sus brazos.

-Uff nosotros nos vamos a casa, ¿no Tay?- Marion y Taylor salían juntos. Y se iban, dejándonos a Tom, Robert Oh Rob Mío Pattinson, Rachel y a mí. Taylor asintió y le dio las llaves del local a Tom. Al parecer nosotros cuatro íbamos a seguir con la juerga.
-¿Qué tal si vamos yendo hasta el coche Carla y yo?, seguro que hay algún fotógrafo fuera, Rob, ¡tu primer día en Londres!- Rachel puso los ojos en blanco y agitó las manos por encima de su cabeza. Robert hizo una mueca de dolor y se pasó la mano por el pelo, dejándola apoyada ahí.- Venimos a buscaros, pararemos en la entrada, estaros atentos o mañana te habrás montado un trío con dos super modelazas- dijo Rachel mientras nos señalaba y hacía una pose con los brazos en su cintura, al tiempo que Robert se frotaba la cara con las dos manos, y se arrascaba su ceja derecha con una de ellas- mientras Tom mira. ¿Por qué tú no tienes relaciones sexuales, cielo?- pasó una mano por el pelo de Tom.-El la sentó en sus rodillas y contesto:
-Rob me las quita a todas, que le vamos a hacer. A lo mejor debería dejar de ser tu amigo.- Rachel se levantó y se puso a mi lado, y Tom pudo acercarse a Rob y darle unas palmaditas en la espalda.
-¡Genial! A parte de robarme la vida, también me van a dejar sin amigos.- cerró los ojos y sacudió la cabeza. Le mire apenada, a pesar de la dureza de su comentario y de que esa mierda fuera real, estaba sonriendo. No perdía la sonrisa nunca. Probablemente saldría del bar y habría un montón de idiotas incompetentes sacándole fotos y el sonreiría, en vez de partirles la cara a paraguazos que es lo que realmente debería. Todo un gentleman inglés.
¿Y si dejas de mirarle?
-¿Nos vamos?- le pregunte a Rachel apartando mis ojos de EL y de ELLA.

Salimos del bar y pudimos ver a siete tíos con cámaras, charlando entre ellos, pasando el rato, divirtiéndose. Mientras que el hombre más –able del mundo, tenía que esperar a que sus amigos vinieran a por él para que no soltasen mentiras como puños sobre su vida. Pobre.
Rachel y yo llegamos a su coche y nos montamos. Arrancó y se puso camino del local que acabábamos de abandonar.
-Esto es un poco triste, ¿no?
-Bueno, al principio lo era más. A Robert lo liaron con todas nosotras, y luego podíamos leer comentarios de sus fans criticándonos- ¿en serio? ¡no conozco a nadie que lo haya hecho!, me mordí el labio. Por dios, que mala persona me sentía.- El lo pasó fatal, preocupado por nosotras, por si nos importaba lo que dijeran las tías esas o nos molestaba. Pero ahora ya nos hace gracia todo. Hoy se montara en el coche con una rubia oxigenada espectacular.- se rió, ninguna de nosotras era una rubia oxigenada. Yo sonreí, pero en realidad me entraron ganas de llorar.- Y lo mejor es que ahora vamos a tener que dar una vuelta por la ciudad, esperar a que desalojen la zona. El O aun no lo tienen localizado, y ¡por dios qué no lo hagan!.
Al llegar vi como Robert y Tom salían del bar, sonriendo, como lo siete fotógrafos se abalanzaban sobre ellos, especialmente sobre Robert. Flashes por todos lados. Rachel se dio la vuelta y abrió la puerta trasera, y los chicos entraron. Me quede mirando la escena, mientras el coche volvía a arrancar. Acordándome de las veces que me había alegrado viendo a mi Roberto pedo salir de un bar, riéndose, y diciendo tonterías. Había creído que era tan adorable. Y ahora me sentía tan mal, formaba parte de ese acoso, ellos sacaban las fotos porque gente como yo las iba a ver. Ley de la oferta y la demanda. Se me encogió el corazón. Y volvió a sonreír justo cuando escuchó decir a Robert:
-¡Mierda! Me he dejado la cerveza dentro, no me gusta no parecer un alcohólico cuando salgo de un bar, debería habérmela metido al bolsillo.-torció el gesto y empezó a reírse. Exacto Rob, así de adorable. Mire por el retrovisor y lo vi con la boca abierta al máximo, decojonandose con Tom. Y sus ojos fueron a parar también al espejo, encontrándose con los míos. Le sonreí, y pestañeando me sonrió.
-Una locura, ¿eh?- le pregunte mientras nuestros ojos seguían observándose.
-No lo sabes bien. Un día tienes que salir en bolas a la calle para que un director te haga caso y ser alguien en este mundo y al día siguiente eres perseguido por una docena de paparazzis. C’est la vie, nena. No sabes qué película estás grabando hasta que no ves la reacción de la gente.- Entrecerré los ojos, todavía clavados en los de Rob y asentí. Pero los baje, pensando en lo que acaba de decir. Claro que, Running time no era Crepúsculo. Me reí. Jamás seria Robert Pattinson. Y tampoco lo quería.

-Así que Yankee, ¿eh?- Puse los ojos en blanco y ahogue una risa.
- ¿Qué le pasa a todo el mundo?. Yo no tengo acento americano. Nunca he estado en América. Debería tener acento español. Joder, el inglés que me enseñaban en clase era británico. Y los cinco meses que llevo hablando inglés de verdad, han sido en Londres.
El único inglés americano que he escuchado ha sido en series y películas. Así que, tú ¡me dirás!- levanté las manos en forma de protesta. El se rió, y levantó un dedo, meneándolo adelante y atrás.
-Pues lo tienes…-Empezó a decir. Pero mi cerebro se concentró solamente en su dedo. Era enorme. Había fantaseado un millón de veces con ese dedo, recorriendo mi cuerpo, tocándome, acariciándome. Introduciéndose en mí y haciéndome alcanzar la el cielo con las yemas de mis dedos….
-¡Hey!, ¡Yankee!- Alcé la vista aturdida. Tragué.
-Dime- solté agitada. Se chupo un labio. Así no ayudas a mantener una conversación fluida, Roberto. Y continúo:
-Que digo, que, a lo mejor es que, al intentar hablar en otra lengua, tu cerebro, inconscientemente imita el sonido de esas palabras que está acostumbrado a oír en esa lengua. Yo por ejemplo intentaba imitar la voz de Jack Nicholson, porque crecí viendo sus películas. Cuando intento fingir el acento americano, se me cambia hasta la voz, pongo su voz,- sonrió- o lo intento.- Paró para tomar un trago de la Heineken que tenía en su mano. Yo le imite y me quede mirándole. Tenía sentido. Le sonreí.
-Interesante teoría, deberías publicarla.
El se rió y se paso una mano por la cabeza, acariciando su pelo, y despeinándolo. Mientras yo observaba cada uno de sus movimientos, se acabó la música. Y Rachel subida en la barra del bar, bailando seductoramente con Tom, gritó:
-C, ¿por qué no bajas y cambias el cd?, mira a ver si encuentras algo que te guste.
Sí, aun lo hacia por mi. Sacudí la cabeza.
-Esta se piensa que voy a encontrar yo algo…
Mientras me levantaba y me ponía rumbo a las escaleras. Oí a Robert.
-Para, que te acompaño, no vaya a ser que te nos pierdas por el sótano- estaba sonriendo. Cuando llego a mi altura, se pasó la lengua por el labio inferior y torció la boca:
-¿Vamos?- Asentí y le hice un gesto con la mano para que él fuera primero.
-Creo que Cisco trajo algo de Placebo una vez. También creo que hay uno de mezclas que tiene algo de The Kills. Puff, ¡pero a saber dónde están!- estaba buscando en una caja al lado del estero. Sostenía algunos discos en la mano, mientras con la otra pasaba unos cuantos dentro de la caja. Dejó los de su mano en la mesa, y sacó otro montón. Se pasó la mano por el pelo, y siguió buscando. En ese momento un pasillo recubierto de chapas de cerveza llamó mi atención y me adentré en él, alejándome de Rob. Llegue a una sala llena de cajas de bebida. Estaba a tope…De pronto la luz se apagó. Yo no veía nada, ni recordaba donde estaba la salida. Tanteé la pared intentando encontrar la puerta, cuando note un hueco en el muro, oí a Robert.
-Carla, ¿Estás bien?
-Sí- me dirigí hacia su voz, y hacia la luz que venía de la ventana.
De repente note una mano que se posaba en mi cintura, una mano grande y fuerte. Que me giraba despacio hacia su dueño. Al darme la vuelta pude ver quien era. El dios de sexo me estaba mirando, mientras sus manos recorrían mis caderas. Levante la cabeza para poder contemplarlo mejor. Alcé la vista hasta sus ojos, la poca luz procedente de una farola, era tenue y se apagaba tras transmitirse a través de un cristal lleno de polvo. Pero se reflejaba lo justo y necesario para iluminar sus preciosos ojos. En ese momento de un gris verdoso, con las pupilas totalmente dilatadas, clavadas fijamente en las mías. Hasta ese momento la visión mas perfecta que se había proyectado en mis retinas.
Oímos el ruido de un coche, que se había parado delante de la ventana, donde había un semáforo. Sonaba Shadowplay de Joy Division.
Una de sus manos se elevó para retirar un mechón de mi cara, mientras que la otra se posicionaba en mi barbilla. Cerré los ojos. Pude notar su calor en mi cara. Pude oír mi respiración acelerarse, y a la suya acompasarse a la mía. Pude oír como los latidos de mi corazón incrementaban su ritmo, y como los suyos los imitaban. Fue acercándose a mí, poco a poco, y cuando estuvo lo suficientemente cerca como para sentirnos, bajo su cabeza, juntándola a la mía. Noté sus labios, rozando los míos, un segundo…hasta que en ese preciso momento ¡se hizo la luz!.
Ambos nos separamos instintivamente, respirando entrecortadamente. Mirándonos confusos. Oímos unos pasos acercarse y nos volvimos hacia las escaleras.
-¿Estáis bien chicos?. Se han saltado los fusibles.- la voz de Tom me sobresaltó.
-Claro- ahogué.
-Perfectamente- dijo Rob, jadeando, pasándose una mano por el pelo.
Suspiré. Suspiró.

3 comentarios: